domingo, agosto 12, 2007

Recuento de una semana agitada

Ella se fue y yo me quedé ahí un buen rato. Le di un sorbo al vaso de vino tinto que tenía en la mesa. De inmediato la habitación de aquel hotel se me hizo enorme. Tomé el vino rápido, fumé lo que quedaba de marihuana. Luego me empecé a vestir. Por momentos me reía y por otros me lamentaba. Escuché música y simulé que cantaba, con la camisa a medio abotonar, en ropa interior. Todo estaba muy bien hasta entonces, había sido un buen día. Terminé de vestirme (de ponerme mi saco, mi pantalón, mis zapatos) y salí de ahí como un fantasma.